Como uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, Cecil Beaton ayudó a inventar el culto a la imagen de las celebridades al tiempo que empujaba los límites de su forma de arte con técnicas y puestas en escena innovadoras. En el transcurso de su carrera de décadas como fotógrafo para Vogue y Vanity Fair, así como como corresponsal de guerra británico, Cecil Beaton documentó vidas tanto famosas como cotidianas, incluida la suya, en docenas de álbumes de recortes que ahora tiene Sotheby’s en Londres.
En estas páginas, reproducidas aquí por primera vez, la visión interior del hombre detrás de la cámara ocupa un lugar central. Compuesto por sus propios grabados y recortes de revistas, periódicos y carteleras, las páginas son un instructivo registro de su proceso creativo. Su famosa mirada se posó en figuras de la sociedad, miembros de la realeza, bailarines, actores, estadistas y nativos con atuendos ceremoniales, distinguiendo rimas visuales y yuxtaposiciones ingeniosas. Hojear las páginas es entrar en una fiesta fabulosa y surrealista donde Tallulah Bankhead se codea con un busto de Voltaire y un retrato de Stravinsky; donde el primer viaje de Beaton en el Queen Mary coincide con la coronación de la reina Isabel. El precursor del "moodboard", los álbumes de recortes de Beaton permitieron al artista jugar con las fotografías que había tomado (y quizás las que hubiera deseado tener) en el espacio onírico del artificio que siempre fue su escenario favorito.
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